Queremos compartir con vosotros el resultado de trabajar un bancal con la horca (a falta de laya de doble mango que pensamos conseguir pronto). La horca airea el suelo, permite que profundicen las raíces, mantiene la buena estructura y textura del suelo y preserva su microfauna. Cuando el estado de un bancal lo permite, merece la pena trabajarlo manualmente en vez de usar el motocultor.
Los ajetes que se ven al final del bancal son los últimos, los quitaremos la semana que viene para poner en las cestas.
Antes de las fotos, os avisamos de que no pondremos más remolachas en las cestas hasta que engorden las nuevas. Gracias a vuestros comentarios nos dimos cuenta que estaban bastante fibrosas y que se notaba sobre todo cuando se la consumía cocida. Queremos pedir disculpas por no habernos dado cuenta antes, la razón es que nosotros la solemos consumir cruda en ensalada y no se aprecia tanto. Os recomendamos que comáis las remolachas que tengáis en trozos pequeños en ensaladas o que las paséis por la licuadora.
LA VIDA EN HUERTO 